Horneamos solo con lo esencial: harina orgánica, agua y sal marina. Sin conservantes. Sin atajos. Solo comida auténtica, hecha con esmero.

Cada pan es fermentado naturalmente y leudado por más de 24 horas. Este largo proceso genera un sabor profundo, una mejor digestión y ese característico toque ácido del pan de masa madre.

Cada pan se amasa, se marca y se hornea en pequeños lotes con mucho cuidado. Desde la corteza hasta el interior, notarás la diferencia que hace la elaboración artesanal.